Fernando Gutiérrez
Dentro de la diversidad de oferta y productos financieros actual, existen servicios ofrecidos por las sociedades financieras populares (sofipos), mismas que tienen la finalidad de atender a la población tradicionalmente excluida por los grandes jugadores.
Estas entidades, reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), son reconocidas por la ley como instituciones de microfinanzas, facultadas para dar servicios como:
· Recibir depósitos.
· Otorgar préstamos o créditos a sus clientes.
· Recibir o emitir órdenes de pago y transferencias.
· Realizar la compra de venta de divisas en ventanilla por cuenta de terceros o propia.
En este contexto, este jueves inició la séptima convención de la Asociación Mexicana de Sofipos (Amsofipo) donde abordan distintos temas que se presentan como desafíos y oportunidades para esta industria, compuesta por 40 entidades en operación que atienden a más de 5.2 millones de clientes en el país.
Dentro de los desafíos mencionados tanto por autoridades como participantes de la industria es el de la tecnología y cómo puede ser una herramienta para ampliar su cobertura en el país.
“La tecnología permite que lleguemos a todos los rincones del país con propuestas más inclusivas, más fáciles y escalables en beneficio de más negocios y personas y así contribuir a esa inclusión financiera y salud financiera”, explicó David Romero, presidente de la Amsofipo.
Romero apuntó que utilizar cada vez más la tecnología para los productos y servicios puede potencializar el acceso a servicios financieros, lo que a su vez generaría un beneficio económico para las personas que atienden.
“Las finanzas populares y solidarias son trascendentales que constituyen un mecanismo de organización y participación de los actores y sujetos de la economía popular”, destacó Romero.
Visión de la autoridad
Para la autoridad, es importante mantener el objeto de las finanzas populares de atender a las entidades de bajos ingresos, por lo que la colaboración de las sofipos es importantes especialmente en el contexto actual.
“En la CNBV estamos comprometidos con el esfuerzos para promover el acceso a productos financieros a grupos que históricamente han sido excluidos y desatendidos del sistema financiero. En este contexto, la colaboración con el sector de sofipos es fundamental”, explicó Jorge Pellicer, vicepresidente de Supervisión de Banca de Desarrollo y Finanzas Populares de la CNBV.
Para el presidente de la Amsofipo, actualmente el sector cuenta con liquidez y solvencia para atender al segmento más vulnerable de la población, que sufre los efectos de la alta inflación y el poco crecimiento económico a nivel país.
A mayo pasado, el sector de las sofipos contaba con una cartera del orden de los 25,140 millones de pesos.
Es importante recordar que cada ahorrador de estas entidades tiene un seguro de protección de hasta 25,000 pesos por persona, es decir hasta cerca de los 180,000 pesos.