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Tarjetas de Crédito: Pilares del Comercio Digital y la Inclusión Financiera

Las Tarjetas de Crédito: Pilares del Comercio Digital y la Inclusión Financiera.

En un entorno cada vez más digitalizado, las tarjetas de crédito continúan consolidándose como el método de pago predominante en el comercio electrónico en Latinoamérica, con una cuota de mercado del 42%, según datos recientes de Payments & Commerce Market Intelligence (PCMI).

Dicho 42%, representa una ligera disminución proporcional en comparación con 2019, el volumen absoluto de transacciones con tarjetas de crédito sigue creciendo de manera sostenida en toda la región; sin embargo esta reacción a la alza responde a múltiples factores.

Un análisis de Galileo Financial Technologies —empresa líder en tecnología financiera operada por SoFi Technologies, Inc.— señala que la reducción proporcional en el uso de tarjetas de crédito oculta una tendencia más significativa: la expansión del acceso a servicios financieros digitales ha disparado su adopción y uso en toda Latinoamérica.

México, a la cabeza en adopción

En México, el crecimiento ha sido particularmente notable. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) reportó que al cierre de 2024 había más de 37 millones de tarjetas de crédito en circulación, un incremento del 7.9% frente al año anterior. Este aumento no solo refleja una mayor demanda, sino también un cambio cultural hacia la digitalización y la inclusión financiera.

En 2023, el número de tarjetas activas en el país superó los 30 millones, acompañado de un alza del 19% en el uso de aplicaciones bancarias.

Tarjetas de crédito: más que un medio de pago

Tory Jackson, Jefe de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo en LATAM, destacó que “las tarjetas de crédito no solo facilitan el consumo, sino que representan una puerta de entrada al sistema financiero formal para millones de personas”.

En América Latina, el 73% de los adultos ya acceden a algún producto financiero, impulsados por la digitalización, según el Banco Mundial; región en  donde la penetración de internet pasó del 43% al 78% entre 2012 y 2022, y donde el uso de smartphones y la titularidad de cuentas bancarias ronda el 80%, el contexto es ideal para que las tarjetas de crédito sigan evolucionando.

Plataformas de pagos instantáneos como Pix en Brasil, SPEI en México y Bre-B en Colombia también han impulsado el volumen de transacciones electrónicas en general, incluidas las realizadas con tarjeta de crédito.

Ventajas competitivas en la era digital

Aunque los pagos en tiempo real ofrecen comisiones más bajas y velocidad, las tarjetas de crédito aportan beneficios únicos: desde programas de recompensas y promociones exclusivas hasta la posibilidad de analizar hábitos de consumo y personalizar experiencias.

Galileo destacó que los datos generados por pagos con tarjeta permiten a bancos y comercios crear ofertas relevantes e impulsar la fidelización del cliente.

A esto se suman innovaciones como pagos sin contacto, tarjetas virtuales, integración con billeteras móviles (Apple Pay, Google Pay), e incluso tarjetas vinculadas a criptomonedas. Según Jackson, estas herramientas no solo democratizan el acceso al crédito, sino que hacen de las tarjetas de crédito un instrumento altamente adaptable y moderno.

Perspectivas de crecimiento

A pesar de que se proyecta que la participación de mercado de las tarjetas de crédito en el comercio electrónico latinoamericano caerá del 43% al 35% entre 2024 y 2027, el volumen de mercado aumentará significativamente, de $269 mil millones a $365 mil millones. En este contexto, las tarjetas de crédito continúan siendo un pilar en el ecosistema digital de pagos.

En la era de la “Gustanomics”, donde la experiencia del usuario es tan importante como el producto, las tarjetas de crédito siguen demostrando su relevancia. Aquellas que se alineen con los pilares de utilidad, incentivos, exclusividad y fluidez digital, serán clave en la estrategia de cualquier proveedor de pagos.

“Las tarjetas de crédito están lejos de ser obsoletas”, concluye Jackson. “Son una herramienta valiosa que evoluciona con las necesidades del consumidor y seguirá siendo central en la transformación del sistema financiero latinoamericano.”

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