En México, el sistema de pensiones basado en las Afores ha demostrado ser insuficiente para garantizar un retiro digno.
A pesar de los esfuerzos por mejorar su rendimiento y cobertura, la realidad es que depender únicamente de una cuenta individual administrada por una Afore implica, en la mayoría de los casos, un ingreso equivalente al 30% o 40% del último salario percibido.
Para quienes aspiran a mantener su nivel de vida tras el retiro, es indispensable pensar más allá del sistema obligatorio.
Es donde entra el papel de una estrategia de inversión privada, bien estructurada y con visión de largo plazo.
¿Para qué sirve la Afore y por qué no es suficiente?
De acuerdo con el Informe al Congreso correspondiente al cuarto trimestre de 2024, el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) en México alcanzó un total de 76.1 millones de cuentas, de las cuales 68.7 millones están activas y son administradas por Afores, con recursos provenientes de trabajadores afiliados al IMSS o al ISSSTE.
Para abril de 2025, esta cifra se ajustó a 69.1 millones de cuentas, con un patrimonio total administrado de $7.189 billones de pesos, lo que confirma la magnitud del sistema en términos de cobertura y recursos.
Las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) son entidades privadas responsables de invertir las aportaciones obligatorias que realizan el empleador, el Estado y el trabajador, con el objetivo de generar rendimientos durante la vida laboral activa.
Sin embargo, su función es limitada frente a las necesidades reales de retiro.
La baja proporción de aportaciones obligatorias —actualmente 6.5 % del salario base— combinada con el aumento en la esperanza de vida, provoca un desbalance estructural que compromete el monto final disponible al momento de jubilarse.
En términos simples: la Afore puede ser una base, pero difícilmente es una solución integral para garantizar un retiro digno.
¿Es necesario invertir para el retiro?
Una estrategia patrimonial sólida contempla instrumentos financieros que ofrezcan seguridad, liquidez y crecimiento.
Complementar el retiro con inversión privada implica seleccionar productos diseñados para proteger y multiplicar el capital con horizontes de 10, 20 o incluso 30 años.
Entre las opciones más utilizadas están:
- Instrumentos de deuda privada (pagarés bancarios, CEDES, bonos corporativos): ofrecen pagos periódicos de rendimientos y estabilidad en el flujo.
Además, al invertir en un banco, tu dinero está protegido por el IPAB.
- Fideicomisos de inversión inmobiliaria (FIBRAS): permiten acceder a rentas inmobiliarias sin adquirir propiedades directamente.
- Cuentas de inversión de alta rentabilidad: diseñadas para inversionistas sofisticados, con tasas superiores a las tradicionales cuentas de ahorro.
- Portafolios diversificados en fondos de inversión: ajustados al perfil de riesgo del inversionista, permiten combinar renta fija y variable para mejorar la relación riesgo/rendimiento.
El punto clave está en definir qué parte del ingreso futuro se quiere asegurar y cómo estructurar las inversiones para lograrlo.
Invertir para el retiro no es sólo acumular; es construir flujos constantes y protegidos.
¿Y los rendimientos?
No existe un “mejor banco” en abstracto; sino productos que mejor se alinean con los objetivos financieros de cada persona.
Sin embargo, los bancos que operan bajo modelos especializados —por ejemplo, aquellos orientados a clientes de banca empresarial o patrimonial— suelen ofrecer productos con mayores tasas de rendimiento y estructuras más flexibles que los bancos de consumo masivo.
En contextos donde se espera una baja de tasas en los siguientes trimestres, anticiparse y asegurar una tasa de inversión fija por más tiempo puede representar una ventaja estratégica.
Además, es crucial considerar la periodicidad y certeza en el pago de rendimientos.
No basta con una buena tasa; se necesita una institución que garantice cumplimiento, trazabilidad y liquidez.
Pago de rendimientos: el gran diferenciador
Una característica esencial para cualquier estrategia de retiro es contar con pagos periódicos, estables y predecibles.
Esto permite simular —y eventualmente sustituir— un ingreso laboral regular.
En este sentido, los productos que pagan intereses de manera mensual o trimestral se vuelven altamente atractivos para complementar la Afore.
Algunas cuentas de inversión incluso permiten reinvertir automáticamente los rendimientos, lo que genera un efecto de interés compuesto y acelera el crecimiento del capital durante la etapa de acumulación.
Posteriormente, estos mismos instrumentos pueden convertirse en fuentes de flujo cuando llegue el momento de retiro.
Invertir con visión, proteger el capital y asegurar flujos constantes es lo que convierte una acumulación de ahorro en una verdadera estrategia de retiro inteligente.
Para lograrlo, se requiere elegir bien dónde invertir, con quién hacerlo y qué mecanismos de rendimiento se alinean mejor a tus metas.
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