Asegurar un auto no cuesta lo mismo en todas partes. Y no es casualidad.
La zona en la que vives, el nivel de violencia, el número de robos de autos e incluso el historial de siniestros en la región son factores que las aseguradoras consideran al calcular el precio de un seguro de auto. Así lo explicaron los directores generales de dos de las compañías más grandes del país: José Antonio Correa, de Quálitas, y Juan Patricio Riveroll, de Seguros El Águila, al ser entrevistados al finalizar la 34ª Convención de Aseguradores, organizada por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
“Nosotros, por ejemplo, en Qualitas, aseguramos todo tipo de riesgos. Lo único que sí pedimos es que se pague el riesgo que nosotros aseguramos. Es decir, no cuesta lo mismo un seguro en Sinaloa que un seguro en Mérida, por decirlo”, afirmó José Antonio Correa, de Quálitas.
Reportar el robo de vehículo dentro de las primeras horas, puede ayudar a su recuperación
Ambos directivos destacaron que las aseguradoras sí cumplen con las pólizas, incluso en situaciones complejas como disturbios o enfrentamientos armados. “En lo que ocurrió hace unos años en Sinaloa, respondimos como aseguradoras”, aseguró Correa.
“Nosotros cumplimos siempre al 100% el contrato de seguro, y eso es porque los riesgos están muy bien identificados”, dijo el representante de Quálitas.
Según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, en Sinaloa, el parque vehicular asegurador se estima en 25%, por debajo del promedio nacional que es del 30 por ciento.
En los últimos meses, los hechos de violencia en Sinaloa causados por enfrentamientos entre carteles, han elevado el robo de autos.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dicen que en el primer trimestre de este año se reportan 1,701 robo de automóviles en Sinaloa cuando en el mismo periodo del año pasado la cifra era de 736 unidades sustraídas.
¿Es obligatorio asegurar un auto en México?
En México, 7 de cada 10 vehículos circulan sin seguro. Y eso significa que, si mañana chocas, si te lo roban o si un desastre natural lo destruye, podrías quedarte sin tu patrimonio… y sin a quién reclamarle.
Uno de los mayores retos que enfrenta la industria es lograr que más personas entiendan que tener un seguro de auto no es un lujo, sino una necesidad básica, coincidieron ambos directivos.
“Apenas un poco más del 30% del parque vehicular está asegurado. Es decir, si te choca alguien, tienes un 66% de posibilidades de que no tenga seguro”, resaltó José Antonio Correa.
El problema no es sólo económico, también es social. Un auto sin seguro no solo pone en riesgo a su dueño, también a terceros.
En México es obligatorio asegurar un auto en responsabilidad civil para circular por carreteras federales, y además en la gran parte de los estados, sin embargo, no hay la exigencia por parte de la autoridad, no hay la fiscalización de eso, comentó Juan Patricio Riveroll.
“Es muy importante, por un lado, que las personas estén convencidas que tienen riesgos a los que están expuestos, tanto para su vehículo como para los daños que pueden causar a terceros, y por otro, que sí haya programas, políticas públicas, gubernamentales, que hagan exigible que las personas tengan un seguro, por lo menos un seguro básico para cubrir los daños a terceros”, afirmó el representante de Seguros El Aguila.
Factores que influyen en el precio del seguro
Además del lugar donde vives, el precio del seguro de auto depende de múltiples factores: el modelo del vehículo, su antigüedad, si es usado para fines comerciales (como Uber o reparto), el historial de manejo del conductor, el nivel de siniestralidad en la zona y, por supuesto, el valor del coche.
“El precio de los vehículos ha subido más del 60% en cinco años, y eso también se refleja en el costo del seguro”, explicó Correa.
A esto se suma el encarecimiento de refacciones, la disponibilidad de piezas y los tiempos de reparación.
Sobre esto, Riveroll explicó que muchas quejas se deben a demoras en la entrega del vehículo tras un accidente, pero esas demoras, en la mayoría de los casos, no son culpa de la aseguradora, sino de los talleres o marcas automotrices.
“No somos los dueños de las armadoras. Si no hay piezas, el seguro no puede acelerar algo que no depende de nosotros”, puntualizó.
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